LOS MEDIOS Y LOS CHUPAMEDIOS
No hay dudas que, si de democracia se trata, el
tema más importante del país hoy, es lo que vaya a ocurrir con la ley de
medios en la Corte Suprema de Justicia. Es una ley que pone blanco
sobre negro quien manda en la Argentina, si el Estado de derecho o los
poderes económicos. El núcleo duro de la democracia es el sistema de
mayorías y minorías que en nuestro país son elegidas por el voto directo
obligatorio, universal y secreto que hace que millones de ciudadanos
decidan que gobiernos prefieren. La sociedad decide y los tres poderes
del Estado quedan como custodios de esa decisión. El actual fue elegido
por el 54 % de las voluntades, propuso en su programa una ley de medios
audiovisuales ; fue aprobada en la legislatura por una mayoría
abrumadora de votos y, como ninguna otra, llegó al congreso luego de
pasar por cientos de asambleas públicas y se puede afirmar sin temor a
equivocación, que esta no es una ley del gobierno sino impuesta al
gobierno por los sectores más dinámicos y progresistas de la sociedad.
Tuvimos la suerte de tener un gobierno que no hizo oídos sordos y como
no muchas otras veces una administración que hizo honor a su palabra
escrita, esto es, respetar su programa de gobierno. Así, en el año 2009 y
apenas asumido, le puso fichas y dos de los 3 poderes del Estado
aprobaron y promulgaron la ley con el apoyo de una mayoría abrumadora
que incluyó a opositores. Ante esta situación lo que espera cualquier
ciudadano es que el tercer poder del Estado, respalde sin más, esta
mayoritaria decisión. No fue así, pese a los 4 años transcurridos, la
justicia impidió aplicar la ley y es esta Corte Suprema la que avaló con
impunidad, la chanchada. Desconozco la decisión que adoptará ahora,
pero tengo la necesidad de decir que, cualquier sea, es una CSJ que
perdió mi estima y, seguro, la de millones. Es una Corte que prefirió
granjearse la simpatía del más poderoso grupo económico del país, antes
que la de los ciudadanos respetuosos de la democracia. No se me ocurre a
que ciudadano le puede caer simpática una justicia así, el mensaje es
horrible. Quedan exceptuados de este duro concepto los jueces,
camaristas y supremos que prefieren el escarnio y la antipatía del
poderoso grupo mediático antes que desoír a las mayorías de a pie.
Claudio Gastaldi
De ningún modo se me escapa que esta es la misma
Corte a la que tantas veces hemos saludado y festejado por que a
diferencia de cualquier otra, sus miembros llegaron allí luego de pasar
por el tamiz del debate democrático.
Precisamente esta Corte cuyo prestigio se asienta en el modo democrático con el que llegaron a ocupar esos cargos, es la misma que desde hace 4 años prefiere que Clarín y sus adláteres de la justicia a través de cautelares, desconozcan la ley e impidan que pueda aplicarse.
Así, esa justicia, se erige en un poder supremo, casi reinal que está por encima del resto. Enferma de asco saber que utilizan a este gobierno y sus cuitas con el oligopolio Clarín, para esconder lo principal, esto es, que a este gobierno solo le quedan 2 años en el poder y que, por tanto, esta ley no servirá a los supuestos oscuros designios de “la yegua”, sino a los gobiernos que decidamos darnos a partir del 2015.
Esos gobiernos, no tendrán (para gobernar tranquilos) la espada de Damocles que significa un grupo que históricamente se ha jactado de voltear gobiernos con 4 o 5 tapas seguidas que hoy, son además de las tapas, los más de 260 medios de radio y televisión con los que cuentan en todo el país y con el que hacen repiquetear sus operetas.
EL PROCESO Y LAS OPINIONES
La ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, más conocida como la ley de medios se aprobó y promulgó hace 4 años y sin embargo la ley no puede entrar plenamente en vigencia porque el grupo más afectado por esa ley (Clarín), que democratizará la palabra se opone y porque la justicia con asqueante impunidad se lo permitió.
Ayer fueron muchos los expositores ante esta convocatoria tardía e innecesaria de la Corte. Quien entre otros podría decirse que desnudó la operatoria fue, valga destacarse, una integrante de esta justicia. En rigor, hablamos de la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbo, quien calificó como una "falacia presentar como un conflicto entre Gobierno y empresa".
"Se simplifica la realidad, se minimiza el poder del grupo empresario y desde esa posición de falsa debilidad se invoca la lesión al derecho a la expresión y así se desvía la atención del asunto principal, porque lo que está en juego es uno de los bienes más preciados de la República, la libertad de información y expresión", afirmó.
Otra disertante que descubrió el velo fue la titular de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Cinthya Ottaviano, quien también se pronunció por la constitucionalidad plena de la ley para lo cual leyó reclamos de usuarios del interior del país sobre presuntas conductas abusivas de la empresa Cablevisión, perteneciente a Clarín, entre otros argumentos.
Otra voz destacable fue la de Beinusz Szmukler, titular de la Asociación Argentina de Juristas que, en aval a la Ley aseguró que Clarín es un "monopolio informativo integrado a la red mundial de la desinformación, basada en el ocultamiento de la información que los perjudica" y "en la sobrecarga de información banal e inútil".
Finalmente, en apoyo del Estado, expuso el titular del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Horacio Verbitsky, que rechazó la "escandalosa dilación judicial que paralizó durante 4 años" la aplicación plena de la ley y criticó la forma en que la Corte Suprema de Justicia convocó a la audiencia que se desarrolló ayer y continua hoy.
También en representación del CELS, Damian Loreti brindó la argumentación técnica del organismo a favor de la ley y destacó que "principios y declaraciones del sistema interamericano de justicia establecen que los monopolios deben estar sujetos a leyes antimonopólicas por cuanto conspiran contra la democracia".
CLAVE
El argumento principal de Clarín es que si no fueran tan fuertes como son, quedaría expuesta la "falta de sustentabilidad" en caso de que se apliquen las cláusulas antimonopólicas de la ley.
La pregunta los dejó al descubierto "Si la libertad de expresión requiere un volumen económico como el de Clarín, ¿qué pasa con los demás? ¿No está coartada su libertad?", inquirió la Corte.
Precisamente esta Corte cuyo prestigio se asienta en el modo democrático con el que llegaron a ocupar esos cargos, es la misma que desde hace 4 años prefiere que Clarín y sus adláteres de la justicia a través de cautelares, desconozcan la ley e impidan que pueda aplicarse.
Así, esa justicia, se erige en un poder supremo, casi reinal que está por encima del resto. Enferma de asco saber que utilizan a este gobierno y sus cuitas con el oligopolio Clarín, para esconder lo principal, esto es, que a este gobierno solo le quedan 2 años en el poder y que, por tanto, esta ley no servirá a los supuestos oscuros designios de “la yegua”, sino a los gobiernos que decidamos darnos a partir del 2015.
Esos gobiernos, no tendrán (para gobernar tranquilos) la espada de Damocles que significa un grupo que históricamente se ha jactado de voltear gobiernos con 4 o 5 tapas seguidas que hoy, son además de las tapas, los más de 260 medios de radio y televisión con los que cuentan en todo el país y con el que hacen repiquetear sus operetas.
EL PROCESO Y LAS OPINIONES
La ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, más conocida como la ley de medios se aprobó y promulgó hace 4 años y sin embargo la ley no puede entrar plenamente en vigencia porque el grupo más afectado por esa ley (Clarín), que democratizará la palabra se opone y porque la justicia con asqueante impunidad se lo permitió.
Ayer fueron muchos los expositores ante esta convocatoria tardía e innecesaria de la Corte. Quien entre otros podría decirse que desnudó la operatoria fue, valga destacarse, una integrante de esta justicia. En rigor, hablamos de la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbo, quien calificó como una "falacia presentar como un conflicto entre Gobierno y empresa".
"Se simplifica la realidad, se minimiza el poder del grupo empresario y desde esa posición de falsa debilidad se invoca la lesión al derecho a la expresión y así se desvía la atención del asunto principal, porque lo que está en juego es uno de los bienes más preciados de la República, la libertad de información y expresión", afirmó.
Otra disertante que descubrió el velo fue la titular de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual, Cinthya Ottaviano, quien también se pronunció por la constitucionalidad plena de la ley para lo cual leyó reclamos de usuarios del interior del país sobre presuntas conductas abusivas de la empresa Cablevisión, perteneciente a Clarín, entre otros argumentos.
Otra voz destacable fue la de Beinusz Szmukler, titular de la Asociación Argentina de Juristas que, en aval a la Ley aseguró que Clarín es un "monopolio informativo integrado a la red mundial de la desinformación, basada en el ocultamiento de la información que los perjudica" y "en la sobrecarga de información banal e inútil".
Finalmente, en apoyo del Estado, expuso el titular del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Horacio Verbitsky, que rechazó la "escandalosa dilación judicial que paralizó durante 4 años" la aplicación plena de la ley y criticó la forma en que la Corte Suprema de Justicia convocó a la audiencia que se desarrolló ayer y continua hoy.
También en representación del CELS, Damian Loreti brindó la argumentación técnica del organismo a favor de la ley y destacó que "principios y declaraciones del sistema interamericano de justicia establecen que los monopolios deben estar sujetos a leyes antimonopólicas por cuanto conspiran contra la democracia".
CLAVE
El argumento principal de Clarín es que si no fueran tan fuertes como son, quedaría expuesta la "falta de sustentabilidad" en caso de que se apliquen las cláusulas antimonopólicas de la ley.
La pregunta los dejó al descubierto "Si la libertad de expresión requiere un volumen económico como el de Clarín, ¿qué pasa con los demás? ¿No está coartada su libertad?", inquirió la Corte.
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